Lo más difícil para el hombre es estar en quietud ya que es el momento donde la mente busca excusas para no enfrentar la realidad interior. Estos atracones de la mente por evitar dicho enfrentamiento se traducen como dolores y sensaciones en el cuerpo que buscan el abandono de la postura y el trabajo.
Pudiendo mantener la inmovilidad del cuerpo se induce la inmovilidad mental. Se va aquietando el flujo de pensamientos y emociones vanas.